Atraco: Víctima describe la perpetración del hecho
¿Los asaltantes buscaban droga? Armando Magne, una de las víctimas del atraco a la remesa de YPFB, habló en exclusiva para EL POLICIAL y contó los detalles del hecho delictivo, registrado ayer en Tarabuquillo, distante a unos 50 kilómetros de Sucre. Todavía postrado en una de las habitaciones de la Caja Petrolera, Magne contó que los asaltantes estuvieron a punto de asesinarlo a él y a su eventual compañero.
El hecho delictivo se produjo el día viernes 30 del presente, al promediar las 14:00. En el lugar del suceso, los efectivos de la Policía encontraron una vagoneta de propiedad de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), en cuyo interior se encontraban el administrador interino, Armando Magne y el policía Clemente Flores. El informe policial da cuenta que tras sedarlos y golpearlos, los antisociales lograron sustraer una remesa de más de 40 mil bolivianos, que era transportada de Tarabuquillo a Sucre.
El suplicio de Armando Magne, empleado de YPFB, y el oficial de policía, Clemente Flores, comenzó a las 12:00 ó 12:15, aproximadamente, a decir de Magne. "Estuvimos viniendo desde Tarabuquillo, por el lado de Lamboyo, un sector donde hay unos desmoronamientos de tierra y piedras", detalló. "Estuvimos bajando por allá y vimos unas piedras en el camino. El policía con el que iba, se bajó a levantar la piedra para pasar", contó.
Y, de pronto, de la nada, aparecieron entre cuatro a cinco individuos con pasamontañas, según el relato de Magne. Hicieron entre siete a ocho disparos. "Parece que más fue al aire, los disparos. Yo pensé que el policía había sacado su arma", complementó.
Magne, todavía dentro del automóvil, intentó escapar pero con las piedras en frente "era casi imposible". Entonces, apagó el vehículo y resolvió salir de él con las manos en alto. "Luego, uno de ellos me dio un golpe en mi estómago, me empezaron a golpear, lo trajeron al policía, estaba sangrando", prosiguió.
"Tenían acento peruano, también argentino, quizás fingido; pero no eran bolivianos. A mí me pusieron un pasamontañas, supongo que al policía otro, después me desataron mis zapatos, me amarraron mis manos y mis pies atrás con mis guatos, y uno de ellos se sentó sobre mí y otro sobre el policía dentro del jeep. Y partimos. Eso duró unos 15 minutos", detalló Magne.
BUSCABAN DROGA
¿Y luego? Uno de los atracadores, pedía que los maten en ese momento pues la intención era, supuestamente, buscar droga. "Ustedes están llevando pichicata, ¿adónde está la droga?". "No somos nosotros, nada que ver, fíjense el logotipo, es de yacimientos", apuntó.
Enseguida, les dieron a beber un líquido -un soporífero, según la policía-. "Ahora que me acuerdo, nos dijeron que con el líquido que nos iban a dar, iban a descubrir si realmente habíamos tragado droga, y que con eso íbamos a botar espuma o algo así", reveló.
El viaje duró más de una hora. Después, los asaltantes se bajaron del coche y les dijeron a sus víctimas que habían dejado dinamita en el auto y que si se movían iban a accionar el explosivo. "En ese momento empecé a querer desatarme, encontré el nudo y quería desarmarlo, pero me perdí, y desperté aquí, en el hospital, gracias a Dios", concluyó compungido.
Fuentes policiales revelaron que las investigaciones aún continúan.
El hecho delictivo se produjo el día viernes 30 del presente, al promediar las 14:00. En el lugar del suceso, los efectivos de la Policía encontraron una vagoneta de propiedad de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), en cuyo interior se encontraban el administrador interino, Armando Magne y el policía Clemente Flores. El informe policial da cuenta que tras sedarlos y golpearlos, los antisociales lograron sustraer una remesa de más de 40 mil bolivianos, que era transportada de Tarabuquillo a Sucre.
El suplicio de Armando Magne, empleado de YPFB, y el oficial de policía, Clemente Flores, comenzó a las 12:00 ó 12:15, aproximadamente, a decir de Magne. "Estuvimos viniendo desde Tarabuquillo, por el lado de Lamboyo, un sector donde hay unos desmoronamientos de tierra y piedras", detalló. "Estuvimos bajando por allá y vimos unas piedras en el camino. El policía con el que iba, se bajó a levantar la piedra para pasar", contó.
Y, de pronto, de la nada, aparecieron entre cuatro a cinco individuos con pasamontañas, según el relato de Magne. Hicieron entre siete a ocho disparos. "Parece que más fue al aire, los disparos. Yo pensé que el policía había sacado su arma", complementó.
Magne, todavía dentro del automóvil, intentó escapar pero con las piedras en frente "era casi imposible". Entonces, apagó el vehículo y resolvió salir de él con las manos en alto. "Luego, uno de ellos me dio un golpe en mi estómago, me empezaron a golpear, lo trajeron al policía, estaba sangrando", prosiguió.
"Tenían acento peruano, también argentino, quizás fingido; pero no eran bolivianos. A mí me pusieron un pasamontañas, supongo que al policía otro, después me desataron mis zapatos, me amarraron mis manos y mis pies atrás con mis guatos, y uno de ellos se sentó sobre mí y otro sobre el policía dentro del jeep. Y partimos. Eso duró unos 15 minutos", detalló Magne.
BUSCABAN DROGA
¿Y luego? Uno de los atracadores, pedía que los maten en ese momento pues la intención era, supuestamente, buscar droga. "Ustedes están llevando pichicata, ¿adónde está la droga?". "No somos nosotros, nada que ver, fíjense el logotipo, es de yacimientos", apuntó.
Enseguida, les dieron a beber un líquido -un soporífero, según la policía-. "Ahora que me acuerdo, nos dijeron que con el líquido que nos iban a dar, iban a descubrir si realmente habíamos tragado droga, y que con eso íbamos a botar espuma o algo así", reveló.
El viaje duró más de una hora. Después, los asaltantes se bajaron del coche y les dijeron a sus víctimas que habían dejado dinamita en el auto y que si se movían iban a accionar el explosivo. "En ese momento empecé a querer desatarme, encontré el nudo y quería desarmarlo, pero me perdí, y desperté aquí, en el hospital, gracias a Dios", concluyó compungido.
Fuentes policiales revelaron que las investigaciones aún continúan.
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