Rescatan a “esclava”, pero ella vuelve a su casa de cautiverio
Temerosa, casi muda y enferma fue hallada una mujer de 28 años que vivió los últimos 13 como esclava en un local en un suburbio de la zona norte, pero, pese a los intentos para rescatarla y curarla, se escapó del refugio y volvió a la casa donde guardaba el cautiverio, informó ayer la responsable del Servicio Legal Integral Municipal (SLIM), Mónica Téllez, entidad que impulsó el rescate.
“Fueron muchos años de maltrato y es difícil romper eso”, agregó Téllez. La mujer, cuyo nombre se guarda en reserva, vivió durante 13 años en condiciones infrahumanas. Dormía sobre una payasa (colchón de paja) en un corral junto con los perros.
En todo ese tiempo debió hacer las tareas domésticas de una casa medianamente cómoda, y atender un local, en un suburbio de la zona norte. Jamás recibió un salario y la familia a la que atendía sólo le daba entre 15 y 20 bolivianos arguyendo que ella no conocía el dinero.
Cuando tenía seis años, sus padres la regalaron a una mujer en Beni. Cuando cumplió los 15 años, esta última la trajo a Cochabamba y la entregó a su actual patrona.
Hace poco reapareció la mujer que la crió reclamando los salarios acumulados por 13 años y fue a pedir ayuda a SLIM, que hizo la intervención, pero cuando la víctima fue rescatada le vino una hemorragia, por lo que fue llevada al hospital Viedma, donde estuvo internada por 10 días. En tanto, SLIM inspeccionó la casa y verificó las condiciones de semiesclavitud en la que vivía.
Según Téllez, parece que tiene una deficiencia mental, pero aún se desconoce si es de origen congénito o una consecuencia del maltrato. Durante su paso en el albergue se mostraba angustiada. Repetía: “¿Ahora, dónde voy a vivir?, ¿qué voy hacer? La encargada del SLIM le dijo: “Te vamos a enseñar algún oficio”. Sin embargo, han sido muchos años de violencia y probablemente ella ya no sentía que era maltratada o no conocía otra forma de vida, evalúa Téllez. Tampoco se descarta que haya sido su situación de deficiencia mental la que no le permita hacer una mejor evaluación de la situación.
“Fueron muchos años de maltrato y es difícil romper eso”, agregó Téllez. La mujer, cuyo nombre se guarda en reserva, vivió durante 13 años en condiciones infrahumanas. Dormía sobre una payasa (colchón de paja) en un corral junto con los perros.
En todo ese tiempo debió hacer las tareas domésticas de una casa medianamente cómoda, y atender un local, en un suburbio de la zona norte. Jamás recibió un salario y la familia a la que atendía sólo le daba entre 15 y 20 bolivianos arguyendo que ella no conocía el dinero.
Cuando tenía seis años, sus padres la regalaron a una mujer en Beni. Cuando cumplió los 15 años, esta última la trajo a Cochabamba y la entregó a su actual patrona.
Hace poco reapareció la mujer que la crió reclamando los salarios acumulados por 13 años y fue a pedir ayuda a SLIM, que hizo la intervención, pero cuando la víctima fue rescatada le vino una hemorragia, por lo que fue llevada al hospital Viedma, donde estuvo internada por 10 días. En tanto, SLIM inspeccionó la casa y verificó las condiciones de semiesclavitud en la que vivía.
Según Téllez, parece que tiene una deficiencia mental, pero aún se desconoce si es de origen congénito o una consecuencia del maltrato. Durante su paso en el albergue se mostraba angustiada. Repetía: “¿Ahora, dónde voy a vivir?, ¿qué voy hacer? La encargada del SLIM le dijo: “Te vamos a enseñar algún oficio”. Sin embargo, han sido muchos años de violencia y probablemente ella ya no sentía que era maltratada o no conocía otra forma de vida, evalúa Téllez. Tampoco se descarta que haya sido su situación de deficiencia mental la que no le permita hacer una mejor evaluación de la situación.
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