Dos niñas violadas tienen embarazo avanzado
Una menor víctima de violaciónDos niñas de 12 y 13 años, una de ellas con discapacidad física y mental, embarazadas por violadores, comienzan a sentir el peso de la vida y su salud es motivo de preocupación, contó ayer la directora de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, Cira Castro, entidad que les extendió la mano desde que descubrió los casos y que no descarta la posibilidad de aborto en caso extremo, aunque todavía se está a la espera de la evolución biológica de las niñas.
Una de ellas tiene 12 años y siete meses de embarazo y declaró que fue abusada una y otra vez por su hermano mayor de unos 23 años. La otra, de 13, tiene una discapacidad física y mental. Fue violada hace 2 años por un primo, que ahora está preso, pero hace seis meses volvió a ser agredida sexualmente por un vecino que acabó embarazándola, aunque el segundo agresor fue detenido el pasado miércoles.
Según describe Castro, aunque su existencia es una pesadilla desde hace tiempo, desde que se convirtieron en presa de violadores, las niñas recién ven día a día cómo su cuerpo cambia: aumentaron de peso, su vientre aún inmaduro tiene ya vida, sus piernas son más pesadas y deben lidiar con intenso dolor de espalda.
La primera niña fue abusada por su hermano de 23 años, pese a que éste tiene su propia familia y se escabullía del control de sus padres y esposa, para abusar de la niña. Los episodios como éste se repitieron hasta que el embarazo, que ya tenía cinco meses, comenzó a notársele en la escuela.
Aunque algunas profesoras a veces le preguntaban por qué están engordando, ella contestaba: “es que estoy comiendo harto”, agregó Castro.
Un día, su profesora, que intuía la transformación de la niña, confirmó el embarazó. Tras la revelación, llamó a los padres, quienes se indignaron con la desgracia. Salieron de la escuela, furiosos en busca de su hijo mayor. Y cuando lo hallaron lo golpearon reprochándole el abuso. Cuando el escarmiento acabó, el hermano agresor se escapó sin que hasta hoy se tengan noticias de su paradero.
La niña dejó de ir a la escuela desde hace dos meses, aunque ayer la Defensoría logró que la profesora acceda a darle clases a distancia. También está bajo observación médica y terapia psicológica. Castro dijo que lo más importante es la vida de la niña, por lo que se observará hasta dónde puede llegar el embarazo.
El otro caso
Como ella, otra niña de 13 años, afronta un embarazo también fruto de una violación. Vive en Sacaba, se crió en un hogar humilde y tiene discapacidad física y mental. Hace dos años un primo la violó por primera vez y ahora está preso. Hace seis meses volvió a ser agredida por un vecino, quien la tenía amenazada, pero el miércoles pasado este último fue detenido.
Sin embargo, el futuro de la niña es sombrío, pues sus padres dijeron que ella ni siquiera puede valerse por sí misma.
No están preparadas
Los expertos coinciden en que al ser adolescentes en desarrollo, no tienen todas las condiciones fisiológicas para afrontar un embarazo regular y dar a luz, pese a que ya desarrollan óvulos para quedar encontas.
Su cuerpo aún no está preparado para anidar una gestación, su pelvis apenas se está ensanchando y el canal del parto no tiene tamaño definitivo, por lo que están en desventaja frente a otras mujeres. Además, las gestantes a esta edad pueden sufrir anemia, hipertensión y otras complicaciones, como un parto prematuro o un aborto espontáneo.
Más de cien violaciones
Un gran número de niñas y adolescentes son víctimas de la violencia sexual. El Centro Una Brisa de Esperanza (CUBE) recibió 112 denuncias de enero hasta octubre de 2009. La cifra supera a la cantidad (105) casos conocidos en 2008.
El 45 por ciento de denuncias está relacionado con adolescentes y niñas. La psicóloga del CUBE, Verónica Roque, expresó que las niñas, como las dos que están embarazadas, “están en etapa vulnerable, porque adoptan un cuerpo de señoritas, pero eso no implica que estén listas para tener una relación de pareja”.
Sin embargo, esta etapa crítica, también por la rebeldía, “es aprovechada por los agresores sexuales. A ello se suma que su pensamiento no es el de una madre, muchas están acabando de jugar con las muñecas y a esa edad no piensan en un embarazo”.
Una de ellas tiene 12 años y siete meses de embarazo y declaró que fue abusada una y otra vez por su hermano mayor de unos 23 años. La otra, de 13, tiene una discapacidad física y mental. Fue violada hace 2 años por un primo, que ahora está preso, pero hace seis meses volvió a ser agredida sexualmente por un vecino que acabó embarazándola, aunque el segundo agresor fue detenido el pasado miércoles.
Según describe Castro, aunque su existencia es una pesadilla desde hace tiempo, desde que se convirtieron en presa de violadores, las niñas recién ven día a día cómo su cuerpo cambia: aumentaron de peso, su vientre aún inmaduro tiene ya vida, sus piernas son más pesadas y deben lidiar con intenso dolor de espalda.
La primera niña fue abusada por su hermano de 23 años, pese a que éste tiene su propia familia y se escabullía del control de sus padres y esposa, para abusar de la niña. Los episodios como éste se repitieron hasta que el embarazo, que ya tenía cinco meses, comenzó a notársele en la escuela.
Aunque algunas profesoras a veces le preguntaban por qué están engordando, ella contestaba: “es que estoy comiendo harto”, agregó Castro.
Un día, su profesora, que intuía la transformación de la niña, confirmó el embarazó. Tras la revelación, llamó a los padres, quienes se indignaron con la desgracia. Salieron de la escuela, furiosos en busca de su hijo mayor. Y cuando lo hallaron lo golpearon reprochándole el abuso. Cuando el escarmiento acabó, el hermano agresor se escapó sin que hasta hoy se tengan noticias de su paradero.
La niña dejó de ir a la escuela desde hace dos meses, aunque ayer la Defensoría logró que la profesora acceda a darle clases a distancia. También está bajo observación médica y terapia psicológica. Castro dijo que lo más importante es la vida de la niña, por lo que se observará hasta dónde puede llegar el embarazo.
El otro caso
Como ella, otra niña de 13 años, afronta un embarazo también fruto de una violación. Vive en Sacaba, se crió en un hogar humilde y tiene discapacidad física y mental. Hace dos años un primo la violó por primera vez y ahora está preso. Hace seis meses volvió a ser agredida por un vecino, quien la tenía amenazada, pero el miércoles pasado este último fue detenido.
Sin embargo, el futuro de la niña es sombrío, pues sus padres dijeron que ella ni siquiera puede valerse por sí misma.
No están preparadas
Los expertos coinciden en que al ser adolescentes en desarrollo, no tienen todas las condiciones fisiológicas para afrontar un embarazo regular y dar a luz, pese a que ya desarrollan óvulos para quedar encontas.
Su cuerpo aún no está preparado para anidar una gestación, su pelvis apenas se está ensanchando y el canal del parto no tiene tamaño definitivo, por lo que están en desventaja frente a otras mujeres. Además, las gestantes a esta edad pueden sufrir anemia, hipertensión y otras complicaciones, como un parto prematuro o un aborto espontáneo.
Más de cien violaciones
Un gran número de niñas y adolescentes son víctimas de la violencia sexual. El Centro Una Brisa de Esperanza (CUBE) recibió 112 denuncias de enero hasta octubre de 2009. La cifra supera a la cantidad (105) casos conocidos en 2008.
El 45 por ciento de denuncias está relacionado con adolescentes y niñas. La psicóloga del CUBE, Verónica Roque, expresó que las niñas, como las dos que están embarazadas, “están en etapa vulnerable, porque adoptan un cuerpo de señoritas, pero eso no implica que estén listas para tener una relación de pareja”.
Sin embargo, esta etapa crítica, también por la rebeldía, “es aprovechada por los agresores sexuales. A ello se suma que su pensamiento no es el de una madre, muchas están acabando de jugar con las muñecas y a esa edad no piensan en un embarazo”.
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