Colegio se pronuncia por muerte de estudiante
La directora del colegio Victorino Vega, la Junta de Padres de Familia, maestras y alumnos del curso octavo “B”, que eran compañeros de la estudiante que el pasado sábado se ahogó en el río San Juan, hablaron respecto a lo que sucedió antes y después del lamentable fallecimiento de la adolescente.
A decir de la directora del colegio Victorino Vega, Ana María Peredo, los alumnos del octavo “B” no fueron obligados por la maestra a ir de paseo; fueron ellos quienes insistieron para salir de excursión en homenaje al Día del Estudiante; con este fin, se solicitó el permiso de los padres de familia.
Esa afirmación fue ratificada por la presidenta de la Junta Escolar, Sandra Zárate, y por el alumno Alex Calderón quien reconoció que ellos insistieron a la maestra para ir de paseo.
Por su lado, la profesora guía del octavo B, Soledad Canedo, explicó que ese día, alrededor de las 14:30, cuando estaban con los preparativos para retornar a Sucre, cuatro alumnas le rogaron “un buen rato” para que les dejara ingresar al agua; ante tanta insistencia, la maestra accedió recomendando que sólo permanecieran en la orilla.
Mientras las cuatro chicas estaban remojándose en el agua, según el relato de la profesora, ella se dio la vuelta unos instantes para hablar con otras personas; cuando nuevamente giró la vista hacia el río, sólo vio a dos alumnas paradas que miraban al agua asustadas; al darse cuenta de la situación, Canedo gritó pidiendo auxilio; de inmediato, el alumno Richard Huancollo, de 14 años, corrió y se arrojó al agua para rescatar a su compañera Miriam, que en ningún momento se agarró de un árbol para pedir auxilio, como reflejó el informe policial proporcionado a este diario.
Después de una larga búsqueda en la que participaron los obreros de una empresa que trabaja en el lugar finalmente se encontró el cuerpo de la otra niña.
Ante el pedido de auxilio se hizo presente en el lugar, dos horas después, una camioneta con efectivos de la FELC-C, representantes de la Fiscalía y el médico forense; a pedido de la maestra, el cadáver no fue llevado a la morgue, sino se entregó a sus familiares.
La noche del sábado, cuando la Directora del establecimiento conoció la tragedia, se contactó con otros maestros para ayudar a la familia de la alumna recaudando dinero para cubrir los gastos del velatorio y el funeral; acudieron a la funeraria Sucre, que se hizo cargo de todo (deben cancelar alrededor de Bs 2.000), aseguraron.
Añadieron que, al día siguiente, la directora y los docentes fueron al Cementerio General; allí dieron a elegir a los familiares de la occisa, el nicho que querían para su entierro, pagaron todos los trámites, incluso los familiares pidieron que también se hicieran cargo de la comida “que se acostumbra servir” después de un entierro, pedido que no fue atendido; empero, estudiantes de segundo medio aportaron con fideo y carne picada, finalizaron.
El domingo, familiares de la occisa se contactaron con este diario para informar del hecho y realizar denuncias al respecto.
A decir de la directora del colegio Victorino Vega, Ana María Peredo, los alumnos del octavo “B” no fueron obligados por la maestra a ir de paseo; fueron ellos quienes insistieron para salir de excursión en homenaje al Día del Estudiante; con este fin, se solicitó el permiso de los padres de familia.
Esa afirmación fue ratificada por la presidenta de la Junta Escolar, Sandra Zárate, y por el alumno Alex Calderón quien reconoció que ellos insistieron a la maestra para ir de paseo.
Por su lado, la profesora guía del octavo B, Soledad Canedo, explicó que ese día, alrededor de las 14:30, cuando estaban con los preparativos para retornar a Sucre, cuatro alumnas le rogaron “un buen rato” para que les dejara ingresar al agua; ante tanta insistencia, la maestra accedió recomendando que sólo permanecieran en la orilla.
Mientras las cuatro chicas estaban remojándose en el agua, según el relato de la profesora, ella se dio la vuelta unos instantes para hablar con otras personas; cuando nuevamente giró la vista hacia el río, sólo vio a dos alumnas paradas que miraban al agua asustadas; al darse cuenta de la situación, Canedo gritó pidiendo auxilio; de inmediato, el alumno Richard Huancollo, de 14 años, corrió y se arrojó al agua para rescatar a su compañera Miriam, que en ningún momento se agarró de un árbol para pedir auxilio, como reflejó el informe policial proporcionado a este diario.
Después de una larga búsqueda en la que participaron los obreros de una empresa que trabaja en el lugar finalmente se encontró el cuerpo de la otra niña.
Ante el pedido de auxilio se hizo presente en el lugar, dos horas después, una camioneta con efectivos de la FELC-C, representantes de la Fiscalía y el médico forense; a pedido de la maestra, el cadáver no fue llevado a la morgue, sino se entregó a sus familiares.
La noche del sábado, cuando la Directora del establecimiento conoció la tragedia, se contactó con otros maestros para ayudar a la familia de la alumna recaudando dinero para cubrir los gastos del velatorio y el funeral; acudieron a la funeraria Sucre, que se hizo cargo de todo (deben cancelar alrededor de Bs 2.000), aseguraron.
Añadieron que, al día siguiente, la directora y los docentes fueron al Cementerio General; allí dieron a elegir a los familiares de la occisa, el nicho que querían para su entierro, pagaron todos los trámites, incluso los familiares pidieron que también se hicieran cargo de la comida “que se acostumbra servir” después de un entierro, pedido que no fue atendido; empero, estudiantes de segundo medio aportaron con fideo y carne picada, finalizaron.
El domingo, familiares de la occisa se contactaron con este diario para informar del hecho y realizar denuncias al respecto.
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