Dan 24 años de cárcel al padre que violó a su hija
La justicia condenó en un juicio oral a 24 años de prisión en la cárcel de El Abra a un padre que violó por ocho años a su hija pese a que el procesado se alistaba para interponer un recurso legal para beneficiarse con medidas sustitutivas a la detención preventiva. El argumento del acusado es que estaba recluido más de un año sin sentencia, según informes de la Defensoría Municipal de la Niñez y Adolescencia.
La niña quedó al cuidado de su padre a los seis años, luego de que su madre la abandonara. Las agresiones eran casi diarias, incluso cuando vivían en la casa de sus abuelos, y se intensificaron cuando el padre se independizó y volvió a casar.
En este período, además de los abusos tenía que soportar el maltrato de su madrastra, que pese a conocer del hecho nunca dio aviso a las autoridades, según lo expuesto en el juicio.
La víctima vivió ocho años bajo el mismo techo que su agresor y gran parte de ese tiempo ignoró la dimensión del daño, debido a que su padre le inculcaba que eso era normal y parte de la relación paterna. Sin embargo, cuando cumplió los 12 años y en la escuela le hablaron sobre sus derechos así como las diferencias entre niñas y niños, comenzó a presentir que las supuestas muestras de cariño de su padre eran un delito.
Un día se armó de fuerzas y le contó a una de sus tías cómo la trataba su padre. Después de escuchar a su sobrina, la mujer no dudó en denunciar al padre, quien fue detenido y enviado a la cárcel de El Abra hace poco más de un año y el sábado un tribunal le impuso la condena de 24 años.
Los jueces técnicos y ciudadanos coincidieron en el fallo y no se mostraron conmovidos pese a las lágrimas del agresor, que dijo estar arrepentido.
Este caso de abuso sexual es uno de los pocos que hallan eco en la justicia, pues ni la mitad de los hechos denunciados culminan con una sentencia.
La niña quedó al cuidado de su padre a los seis años, luego de que su madre la abandonara. Las agresiones eran casi diarias, incluso cuando vivían en la casa de sus abuelos, y se intensificaron cuando el padre se independizó y volvió a casar.
En este período, además de los abusos tenía que soportar el maltrato de su madrastra, que pese a conocer del hecho nunca dio aviso a las autoridades, según lo expuesto en el juicio.
La víctima vivió ocho años bajo el mismo techo que su agresor y gran parte de ese tiempo ignoró la dimensión del daño, debido a que su padre le inculcaba que eso era normal y parte de la relación paterna. Sin embargo, cuando cumplió los 12 años y en la escuela le hablaron sobre sus derechos así como las diferencias entre niñas y niños, comenzó a presentir que las supuestas muestras de cariño de su padre eran un delito.
Un día se armó de fuerzas y le contó a una de sus tías cómo la trataba su padre. Después de escuchar a su sobrina, la mujer no dudó en denunciar al padre, quien fue detenido y enviado a la cárcel de El Abra hace poco más de un año y el sábado un tribunal le impuso la condena de 24 años.
Los jueces técnicos y ciudadanos coincidieron en el fallo y no se mostraron conmovidos pese a las lágrimas del agresor, que dijo estar arrepentido.
Este caso de abuso sexual es uno de los pocos que hallan eco en la justicia, pues ni la mitad de los hechos denunciados culminan con una sentencia.
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