Médico va a la cárcel por practicar abortos
En una audiencia realizada la tarde de ayer, la jueza cautelar Ruth López ordenó la detención preventiva en la cárcel Palmasola de un médico ginecólogo y de un estudiante de cuarto año de Medicina, que ejercía como internista, imputados por la Fiscalía por la práctica de abortos a mujeres de diferentes edades, incluso a adolescentes.
Los imputados son el ginecólogo Juan Pablo Flores Puita y el internista Joel Danis Díaz. Otro joven que inicialmente fue acusado de facilitar remedios a los pacientes fue liberado con medidas sustitutivas, pues las autoridades judiciales consideraron que este colaboró con las investigaciones que permitieron desbaratar esta supuesta red.
Según la Fiscalía y la Defensoría de la Niñez, el médico y el internista no solo se dedicaban a la práctica de abortos ilegales, sino que detrás de la actividad que realizaban había proxenetas, que comercializaban y explotaban sexualmente a menores. Durante la audiencia la fiscal Clara Céspedes exhibió ante la jueza videos, fotografías e instrumentos médicos que se utilizaban en la práctica de abortos en el consultorio San Juan ubicado en la zona de La Pampa de la Isla.
EVIDENCIA FORENSE
La Fiscalía presentó a una médica forense que detalló el uso de cada uno de los instrumentos. La forense señaló la existencia de bandejas que se usan para intervenciones quirúrgicas.
En la audiencia también se mostró un fármaco que era suministrado a las mujeres para las prácticas de abortos. Ese medicamento, según la Fiscalía y la Defensoría, tiene una venta restringida y su aplicación es prohibida especialmente para mujeres embarazadas. Una de las pruebas contundentes para la Fiscalía son las jeringas, que fueron recuperadas de un basurero del consultorio y que estaban impregnadas de sangre y otros signos de que fueron usadas en un aborto.
La fiscal explicó que el médico y su ayudante fueron detenidos de forma flagrante, cuando atendían a una mujer embarazada que acudió al centro junto con su esposo y pidió una solución a su estado asegurando que estaba de tres meses. De acuerdo con las indagaciones, otro ginecólogo que integraba el grupo se encuentra prófugo.
“Esta era una red descarada que buscaba lo económico y consideraba que la vida no vale más que la plata. Este médico con menosprecio llamaba a las personas clientes y no pacientes”, dijo Céspedes.
Asimismo, se entregó documentación que evidencia que el consultorio utilizaba otros inmuebles y hacía circular letreros que decían: “Mujer embarazada te damos la solución”.
Los imputados son el ginecólogo Juan Pablo Flores Puita y el internista Joel Danis Díaz. Otro joven que inicialmente fue acusado de facilitar remedios a los pacientes fue liberado con medidas sustitutivas, pues las autoridades judiciales consideraron que este colaboró con las investigaciones que permitieron desbaratar esta supuesta red.
Según la Fiscalía y la Defensoría de la Niñez, el médico y el internista no solo se dedicaban a la práctica de abortos ilegales, sino que detrás de la actividad que realizaban había proxenetas, que comercializaban y explotaban sexualmente a menores. Durante la audiencia la fiscal Clara Céspedes exhibió ante la jueza videos, fotografías e instrumentos médicos que se utilizaban en la práctica de abortos en el consultorio San Juan ubicado en la zona de La Pampa de la Isla.
EVIDENCIA FORENSE
La Fiscalía presentó a una médica forense que detalló el uso de cada uno de los instrumentos. La forense señaló la existencia de bandejas que se usan para intervenciones quirúrgicas.
En la audiencia también se mostró un fármaco que era suministrado a las mujeres para las prácticas de abortos. Ese medicamento, según la Fiscalía y la Defensoría, tiene una venta restringida y su aplicación es prohibida especialmente para mujeres embarazadas. Una de las pruebas contundentes para la Fiscalía son las jeringas, que fueron recuperadas de un basurero del consultorio y que estaban impregnadas de sangre y otros signos de que fueron usadas en un aborto.
La fiscal explicó que el médico y su ayudante fueron detenidos de forma flagrante, cuando atendían a una mujer embarazada que acudió al centro junto con su esposo y pidió una solución a su estado asegurando que estaba de tres meses. De acuerdo con las indagaciones, otro ginecólogo que integraba el grupo se encuentra prófugo.
“Esta era una red descarada que buscaba lo económico y consideraba que la vida no vale más que la plata. Este médico con menosprecio llamaba a las personas clientes y no pacientes”, dijo Céspedes.
Asimismo, se entregó documentación que evidencia que el consultorio utilizaba otros inmuebles y hacía circular letreros que decían: “Mujer embarazada te damos la solución”.
No hay comentarios