Linchamientos en Quila Quila
Los cuerpos de las dos personas linchadas fueron rescatados de una fosa ubicada detrás de la iglesia.
Los dos hombres acusados de robar la iglesia de Quila Quila yacían ayer, en una fosa, maniatados y con signos visibles de haber sido golpeados y apedreados. Así los encontró la comisión que llegó hasta esa población distante a unos 35 kilómetros de la ciudad de Sucre; sólo alcanzó a desenterrar los cuerpos, cuando el objetivo, desde el pasado lunes, era rescatarlos con vida.
Jugó en contra la crecida del río, aunque la decisión del linchamiento ya estaba tomada después de que los supuestos antisociales fueran sorprendidos infraganti, según versiones que se escucharon en el lugar.
El lunes, la Policía conoció que dos supuestos ladrones que robaban en la iglesia de Quila Quila, parte del Distrito 8 de Sucre, habían sido detenidos por pobladores, que amenazaban con lincharlos.
Tras esta comunicación, una primera comisión de la institución verde olivo intentó llegar al lugar; sin embargo, la crecida del río de Cachimayu le impidió el paso.
El martes, comunarios decidieron no entregar a los ladrones y bloquearon con piedras el ingreso a la población para evitar el ingreso de la fuerza del orden.
Otra comisión partió en la noche, pero la crecida del río volvió impedir su llegada a Quila Quila.
Ayer, a partir de las 4:00 de la madrugada, se activó un operativo final de rescate.
Unos 80 efectivos de diferentes unidades de la Policía participaron del operativo, además del representante de la Fiscalía, un delegado de la Defensoría del Pueblo y varios periodistas.
Al promediar las 6:00, la comisión llegó al puente de Cachimayu, donde en principio, bajó las motocicletas con sogas. En esos vehículos, el comandante Departamental de la Policía, coronel Rolando Ramos; el representante de la Fiscalía, el representante de la Defensoría del Pueblo y efectivos de los grupos DELTA y PAC se trasladaron hasta la población para entablar comunicación con los comunarios. Mientras tanto, el personal de la Unidad Táctica Policial (UTOP) emprendió el viaje a pie, junto con la prensa, hasta Quila Quila.
REUNIÓN
Al promediar las 10:30, 200 metros antes del ingreso a la población de Quila Quila, la comisión se topó con un segundo punto de bloqueo, donde se instaló un primer diálogo para persuadir a los comunarios que entregaran a los retenidos.
En esta reunión, se conoció, por algunos comentarios de los presentes, que los retenidos ya habían sido ajusticiados y enterrados en una fosa común.
Empero, los dirigentes no quisieron mencionar nada sobre el tema debido al “código del silencio” que —trascendió— acordó la comunidad.
Mientras se desarrollaba el diálogo, al mediodía se pidió un cuarto intermedio y, de repente, se escuchó un estruendo y apareció mucha más gente en el lugar.
ACUERDOS
Al promediar las 13:50 y en ese clima de tensión, se firmó un acuerdo para recuperar los cuerpos de los dos ajusticiados.
Se convino investigar el caso de robo y encontrar a la tercera persona que, según los comunarios, se fugó, para llevarla a la justicia ordinaria.
También se acordó, en medio de esa presión, que nadie debe ser perseguido por la justicia por el hecho. Finalmente, las autoridades presentes certificaron que Quila Quila está olvidada por las autoridades municipales, departamentales y nacionales.
DESENTIERRO
Al promediar las 14:00, pobladores de Quila Quila permitieron el ingreso de la Policía y la condujeron a donde habían enterrado a los dos supuestos ladrones.
La multitud llegó hasta la parte trasera de la iglesia y mostró una fosa de dos metros de largo por un metro y medio de ancho. “Ahí están”, dijeron.
A las 14:05, comenzó el trabajo del desentierro. Mientras cavaban, los policías se encontraron varias piedras de diferentes tamaños, que llevaron a suponer que los sujetos habían sido golpeados y apedreados antes de ser enterrados.
A las 14:26, los policías se toparon con un brazo vestido de un polerón azul; minutos después, sacaron el cuerpo, ayudados por una cuerda.
La persona vestía un polerón azul, pantalón jean y zapatos negros; estaba maniatada con cadenas y además que fue sometido a golpes en el cuerpo y gol-peado con objetos contundentes en la cabeza.
A las 14:46, el segundo cuerpo apareció; vestía un polerón rojo, pantalón obscuro y zapatillas blancas. La víctima también estaba maniatada y con signos de golpes en todo el cuerpo y la cabeza.
Mientras eran desenterrados, algunas personas dijeron que ambos hombres fueron ajusticiados la mañana del lunes y se los enterró aún con vida. Su objetivo: escarmentar a los antisociales para que no vuelvan a robar a los pobladores de la zona que transitan solos por el camino.
EL ROBO A LA IGLESIA
Las primeras investigaciones dan cuenta que tres varones llegaron el domingo a la población de Quila Quila y se dirigieron a la iglesia; la gente, percibiendo algo raro, los echó, pero no se fueron.
Ya la mañana del lunes, encontraron a dos de ellos robando en la iglesia los cuadros de época colonial, candelabros y el pan de vida, siempre según los testimonios.
La gente los atrapó, los maniató y los torturó para luego liquidarlos en una fosa común en donde fueron enterrados a un metro de profundidad.
Los dos antisociales fueron encontrados uno al lado del otro, boca abajo.
El comandante Departamental de la Policía, coronel Rolando Ramos, aseguró que en esta zona se aplicó la justicia comunitaria, pero dijo que el hecho se investigará hasta encontrar al otro sospechoso de robo que huyó del lugar.
Al promediar las 17:00, los dos cuerpos fueron trasladados en la ambulancia del puesto médico de la población hasta el puente del río Cachimayu.
Luego, a las 18:30, llegaron los dos cadáveres a la morgue del Hospital Santa Bárbara para practicarles la autopsia de ley.
Jugó en contra la crecida del río, aunque la decisión del linchamiento ya estaba tomada después de que los supuestos antisociales fueran sorprendidos infraganti, según versiones que se escucharon en el lugar.
El lunes, la Policía conoció que dos supuestos ladrones que robaban en la iglesia de Quila Quila, parte del Distrito 8 de Sucre, habían sido detenidos por pobladores, que amenazaban con lincharlos.
Tras esta comunicación, una primera comisión de la institución verde olivo intentó llegar al lugar; sin embargo, la crecida del río de Cachimayu le impidió el paso.
El martes, comunarios decidieron no entregar a los ladrones y bloquearon con piedras el ingreso a la población para evitar el ingreso de la fuerza del orden.
Otra comisión partió en la noche, pero la crecida del río volvió impedir su llegada a Quila Quila.
Ayer, a partir de las 4:00 de la madrugada, se activó un operativo final de rescate.
Unos 80 efectivos de diferentes unidades de la Policía participaron del operativo, además del representante de la Fiscalía, un delegado de la Defensoría del Pueblo y varios periodistas.
Al promediar las 6:00, la comisión llegó al puente de Cachimayu, donde en principio, bajó las motocicletas con sogas. En esos vehículos, el comandante Departamental de la Policía, coronel Rolando Ramos; el representante de la Fiscalía, el representante de la Defensoría del Pueblo y efectivos de los grupos DELTA y PAC se trasladaron hasta la población para entablar comunicación con los comunarios. Mientras tanto, el personal de la Unidad Táctica Policial (UTOP) emprendió el viaje a pie, junto con la prensa, hasta Quila Quila.
REUNIÓN
Al promediar las 10:30, 200 metros antes del ingreso a la población de Quila Quila, la comisión se topó con un segundo punto de bloqueo, donde se instaló un primer diálogo para persuadir a los comunarios que entregaran a los retenidos.
En esta reunión, se conoció, por algunos comentarios de los presentes, que los retenidos ya habían sido ajusticiados y enterrados en una fosa común.
Empero, los dirigentes no quisieron mencionar nada sobre el tema debido al “código del silencio” que —trascendió— acordó la comunidad.
Mientras se desarrollaba el diálogo, al mediodía se pidió un cuarto intermedio y, de repente, se escuchó un estruendo y apareció mucha más gente en el lugar.
ACUERDOS
Al promediar las 13:50 y en ese clima de tensión, se firmó un acuerdo para recuperar los cuerpos de los dos ajusticiados.
Se convino investigar el caso de robo y encontrar a la tercera persona que, según los comunarios, se fugó, para llevarla a la justicia ordinaria.
También se acordó, en medio de esa presión, que nadie debe ser perseguido por la justicia por el hecho. Finalmente, las autoridades presentes certificaron que Quila Quila está olvidada por las autoridades municipales, departamentales y nacionales.
DESENTIERRO
Al promediar las 14:00, pobladores de Quila Quila permitieron el ingreso de la Policía y la condujeron a donde habían enterrado a los dos supuestos ladrones.
La multitud llegó hasta la parte trasera de la iglesia y mostró una fosa de dos metros de largo por un metro y medio de ancho. “Ahí están”, dijeron.
A las 14:05, comenzó el trabajo del desentierro. Mientras cavaban, los policías se encontraron varias piedras de diferentes tamaños, que llevaron a suponer que los sujetos habían sido golpeados y apedreados antes de ser enterrados.
A las 14:26, los policías se toparon con un brazo vestido de un polerón azul; minutos después, sacaron el cuerpo, ayudados por una cuerda.
La persona vestía un polerón azul, pantalón jean y zapatos negros; estaba maniatada con cadenas y además que fue sometido a golpes en el cuerpo y gol-peado con objetos contundentes en la cabeza.
A las 14:46, el segundo cuerpo apareció; vestía un polerón rojo, pantalón obscuro y zapatillas blancas. La víctima también estaba maniatada y con signos de golpes en todo el cuerpo y la cabeza.
Mientras eran desenterrados, algunas personas dijeron que ambos hombres fueron ajusticiados la mañana del lunes y se los enterró aún con vida. Su objetivo: escarmentar a los antisociales para que no vuelvan a robar a los pobladores de la zona que transitan solos por el camino.
EL ROBO A LA IGLESIA
Las primeras investigaciones dan cuenta que tres varones llegaron el domingo a la población de Quila Quila y se dirigieron a la iglesia; la gente, percibiendo algo raro, los echó, pero no se fueron.
Ya la mañana del lunes, encontraron a dos de ellos robando en la iglesia los cuadros de época colonial, candelabros y el pan de vida, siempre según los testimonios.
La gente los atrapó, los maniató y los torturó para luego liquidarlos en una fosa común en donde fueron enterrados a un metro de profundidad.
Los dos antisociales fueron encontrados uno al lado del otro, boca abajo.
El comandante Departamental de la Policía, coronel Rolando Ramos, aseguró que en esta zona se aplicó la justicia comunitaria, pero dijo que el hecho se investigará hasta encontrar al otro sospechoso de robo que huyó del lugar.
Al promediar las 17:00, los dos cuerpos fueron trasladados en la ambulancia del puesto médico de la población hasta el puente del río Cachimayu.
Luego, a las 18:30, llegaron los dos cadáveres a la morgue del Hospital Santa Bárbara para practicarles la autopsia de ley.
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