Asesinan a abogado que defendía a narcotraficantes en Santa Cruz
Un sicario de unos 30 años de edad, de estatura aproximada a los 1,60 metros, vestido de polera blanca y bermudas, entró ayer en un restaurante del tercer anillo y la avenida Busch y acribilló a tiros hasta matar a Williams Espinoza Cossío (42), abogado que generalmente atendía casos grandes de narcotráfico.
El asesinato causó el repudio de varios de sus colegas, que pidieron garantías a las autoridades para ejercer la profesión. Asimismo, el fiscal de Distrito, Isabelino Gómez, solicitó a la Policía protección para los fiscales antinarcóticos. Entretanto, los investigadores intervinieron las propiedades del jurista y secuestraron documentos en busca de pistas que ayuden a esclarecer el crimen.
El hecho de sangre tuvo lugar, a las 7:15, en el local Calditos Willy’s, al que Espinoza llegó a comer con un dependiente, que luego del tiroteo llevó al herido a la clínica Incor, donde, al parecer, llegó muerto. “Salí de mi casa a llevar a mis hijos al colegio. En eso escuché varios disparos y vi que un hombre vestido con una polera blanca y bermuda salió con un arma en la mano y subió a un auto Toyota Corolla, color perla. No pude ver la placa”, relató Arminda S.N., vecina del lugar.
La Policía halló siete casquillos de proyectiles calibre 9mm en el restaurante. El médico forense Víctor Hugo Azogue realizó la autopsia e informó de que el cuerpo del abogado recibió cinco impactos de bala que le provocaron una anemia aguda. “Dos proyectiles le causaron la muerte. Uno que entró por el lado izquierdo del tórax y otro por el hombro. Le perforaron el corazón, el pulmón izquierdo, el hígado, un riñón, los intestinos y el estómago. Con semejantes lesiones se desangró en unos cinco minutos”, explicó el forense.
Los familiares rompieron en llanto en la clínica al conocer la mala noticia. “Mi padre era un gran abogado. Nunca tuvo enemigos”, exclamó Nesmith, hija del jurista. “Todos los abogados tienen amigos y enemigos. En el caso de mi padre no puedo decir nada en estos momentos, sólo que salió temprano”, agregó.
“No hay seguridad, los abogados estamos expuestos, pedimos garantías”, exigió Mario Villafán, amigo de la víctima.
Policías y fiscales requisaron las oficinas 9 y 10 (tercer piso del edificio Casanovas) que Espinoza compartía con los abogados Miguel Gil Velasco y Herland Salas Virreira. Los investigadores se llevaron computadoras y expedientes de los casos que Espinoza atendía. Dos de los hijos de la víctima firmaron las actas de secuestro como testigos.
MÁS ACTUADOS
Los agentes también intervinieron la casa del fallecido, en la radial 17½, en busca de pistas.
“Esto es un mensaje de muerte, de sangre, de intolerancia. Si es necesario solicitaré apoyo a los militares para garantizar la seguridad. Haremos los escritos necesarios a la Policía a fin de que los fiscales antidrogas trabajen protegidos”, dijo el fiscal Isabelino Gómez.
“Esto es un mensaje de muerte, de sangre, de intolerancia. Si es necesario solicitaré apoyo a los militares para garantizar la seguridad. Haremos los escritos necesarios a la Policía a fin de que los fiscales antidrogas trabajen protegidos”, dijo el fiscal Isabelino Gómez.
El asesinato causó el repudio de varios de sus colegas, que pidieron garantías a las autoridades para ejercer la profesión. Asimismo, el fiscal de Distrito, Isabelino Gómez, solicitó a la Policía protección para los fiscales antinarcóticos. Entretanto, los investigadores intervinieron las propiedades del jurista y secuestraron documentos en busca de pistas que ayuden a esclarecer el crimen.
El hecho de sangre tuvo lugar, a las 7:15, en el local Calditos Willy’s, al que Espinoza llegó a comer con un dependiente, que luego del tiroteo llevó al herido a la clínica Incor, donde, al parecer, llegó muerto. “Salí de mi casa a llevar a mis hijos al colegio. En eso escuché varios disparos y vi que un hombre vestido con una polera blanca y bermuda salió con un arma en la mano y subió a un auto Toyota Corolla, color perla. No pude ver la placa”, relató Arminda S.N., vecina del lugar.
La Policía halló siete casquillos de proyectiles calibre 9mm en el restaurante. El médico forense Víctor Hugo Azogue realizó la autopsia e informó de que el cuerpo del abogado recibió cinco impactos de bala que le provocaron una anemia aguda. “Dos proyectiles le causaron la muerte. Uno que entró por el lado izquierdo del tórax y otro por el hombro. Le perforaron el corazón, el pulmón izquierdo, el hígado, un riñón, los intestinos y el estómago. Con semejantes lesiones se desangró en unos cinco minutos”, explicó el forense.
Los familiares rompieron en llanto en la clínica al conocer la mala noticia. “Mi padre era un gran abogado. Nunca tuvo enemigos”, exclamó Nesmith, hija del jurista. “Todos los abogados tienen amigos y enemigos. En el caso de mi padre no puedo decir nada en estos momentos, sólo que salió temprano”, agregó.
“No hay seguridad, los abogados estamos expuestos, pedimos garantías”, exigió Mario Villafán, amigo de la víctima.
Policías y fiscales requisaron las oficinas 9 y 10 (tercer piso del edificio Casanovas) que Espinoza compartía con los abogados Miguel Gil Velasco y Herland Salas Virreira. Los investigadores se llevaron computadoras y expedientes de los casos que Espinoza atendía. Dos de los hijos de la víctima firmaron las actas de secuestro como testigos.
MÁS ACTUADOS
Los agentes también intervinieron la casa del fallecido, en la radial 17½, en busca de pistas.
“Esto es un mensaje de muerte, de sangre, de intolerancia. Si es necesario solicitaré apoyo a los militares para garantizar la seguridad. Haremos los escritos necesarios a la Policía a fin de que los fiscales antidrogas trabajen protegidos”, dijo el fiscal Isabelino Gómez.
“Esto es un mensaje de muerte, de sangre, de intolerancia. Si es necesario solicitaré apoyo a los militares para garantizar la seguridad. Haremos los escritos necesarios a la Policía a fin de que los fiscales antidrogas trabajen protegidos”, dijo el fiscal Isabelino Gómez.
No hay comentarios