‘Descuartizador’ dice que seccionó cadáver porque tuvo miedo
Hallazgo. El cráneo fue abandonado en un cementerio.
Asesino confeso. El periodista Ricardo Vásquez Mori confesó que descuartizó a su víctima porque entró en pánico cuando murió "de un paro cardíaco"
Ricardo Vásquez Mori es el 'Descuartizador de Lima'. Al ser detenido en Pucallpa dijo que "no es un asesino" y que 'dealer' murió de un paro cardiaco en Breña. "Entré en pánico, lo desmembré y me deshice de los restos".
Óscar Chumpitaz.
A pesar de que el frío arrecia, el sudor aflora por su piel. El periodista Ricardo Vásquez Mori mira sus manos, la derecha acaricia la izquierda y, casi turbado, exclama: "¡yo no soy un asesino!". La sorpresa es general en la oficina de la División de Homicidios.
–Pero usted ha matado a Enrique Rosendo Almestar Anci, le dice, incrédulo, el oficial que empieza a interrogarlo.
–No, él murió de manera natural, de un paro cardiaco, me invadió el pánico y lo desmembré. Tuve que hacerlo para deshacerme del cadáver, confiesa el ahora llamado 'Descuartizador de Lima'.
Según el jefe de la Dirincri, general César Cortijo, su versión no es creíble. "Si eso hubiera sucedido, no tenía por qué seccionar el cadáver", manifiesta el oficial.
Tímido, nervioso, inteligente. Así se muestra Ricardo Vásquez, el hombre que según la policía regó los restos de su víctima por calles de Lima y Huacho antes de huir a Pucallpa, donde finalmente fue capturado la tarde del viernes.
La noche del sábado fue trasladado a Lima por agentes de la Dirección de Investigación Criminal y desde ayer viene colaborando para hallar las otras partes del cuerpo.
ENEMIGO ÍNTIMO
Vásquez estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Egresó en 1999 y ejerció el periodismo en Pucallpa como corresponsal de dos canales de televisión. Actualmente vivía en Breña y desde hace dos años trabajaba en una consultoría.
Según ha manifestado, mantenía una relación sentimental con Enrique Almestar, quien era ‘dealer’ en el casino Tahiti, en Chacarilla del Estanque (Surco). Él desapareció la madrugada del pasado 22 de julio, tras salir de su trabajo.
Dos días después, un mototaxista de Huacho halló una maleta en cuyo interior se encontró su dorso y la pelvis. Al día siguiente hubo otro macabro descubrimiento en un basural de La Victoria, donde fue arrojado el tórax del infortunado joven, también en otro maletín.
Ayer, por la tarde, el cráneo de la presunta víctima fue hallado en el cementerio El Ángel, en Barrios Altos.
TODO SE VINO ABAJO
Su voz es monocorde, como una letanía. Cuando habla de su familia baja la vista.
¿Está arrepentido?, le interrogan. "Sí. Pero Dios ya me liberó de ese pecado. Su perdón lo sentí cuando me detuvieron".
¿No siente culpa con la madre de Enrique? "Pienso en la señora, quiero sanar sus heridas, pero no siento culpa", dice mientras mira a los ojos del oficial, con su mirada oscura.
¿Qué recuerda de esa noche? "Estábamos solos… Esa noche estaba todo perdido, se vino todo abajo". ¿Por su culpa? "Yo lo hice, pero bajo la influencia de Satanás".
Ricardo asegura que los remordimientos lo golpearon. "No podía seguir prófugo. La conciencia tenía que entregarme y así lo hice", señala.
Ana Anci, madre de Enrique, dijo que su hijo era acosado por Ricardo Vásquez. "La última comunicación que tuvo a su celular fue una llamada que recibió de Almestar", subrayó. "Voy a luchar para que nunca salga de prisión", manifestó.
TENDRÍA RASGOS DE UN PSICÓPATA
La búsqueda del ‘descuartizador de Lima’ tuvo todos los ingredientes de una serie policial por su inquietante personalidad bisexual. A juicio del siquiatra forense Augusto Almeyda se trataría de "una persona con un grave trastorno de la personalidad, con mucho odio hacia los demás. Estos asesinos suelen ser sujetos solitarios, frustrados y con mucho rencor".
Con la prudencia por el desconocimiento de los datos básicos para la emisión de cualquier informe psico-criminológico, el especialista ve en Vásquez los rasgos de un psicópata, una persona "que presenta un escaso nivel de responsabilidad, manifiesta un alto grado de egocentrismo y rechaza las normas sociales y morales".
Al igual que Almeyda, la policía cree que en la personalidad de este descuartizador imperan el rencor y el odio, que puede deberse a maltrato o abusos sexuales en la etapa infantil, causas genéticas o padecimiento de abusos psíquicos.
Óscar Chumpitaz.
A pesar de que el frío arrecia, el sudor aflora por su piel. El periodista Ricardo Vásquez Mori mira sus manos, la derecha acaricia la izquierda y, casi turbado, exclama: "¡yo no soy un asesino!". La sorpresa es general en la oficina de la División de Homicidios.
–Pero usted ha matado a Enrique Rosendo Almestar Anci, le dice, incrédulo, el oficial que empieza a interrogarlo.
–No, él murió de manera natural, de un paro cardiaco, me invadió el pánico y lo desmembré. Tuve que hacerlo para deshacerme del cadáver, confiesa el ahora llamado 'Descuartizador de Lima'.
Según el jefe de la Dirincri, general César Cortijo, su versión no es creíble. "Si eso hubiera sucedido, no tenía por qué seccionar el cadáver", manifiesta el oficial.
Tímido, nervioso, inteligente. Así se muestra Ricardo Vásquez, el hombre que según la policía regó los restos de su víctima por calles de Lima y Huacho antes de huir a Pucallpa, donde finalmente fue capturado la tarde del viernes.
La noche del sábado fue trasladado a Lima por agentes de la Dirección de Investigación Criminal y desde ayer viene colaborando para hallar las otras partes del cuerpo.
ENEMIGO ÍNTIMO
Vásquez estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Egresó en 1999 y ejerció el periodismo en Pucallpa como corresponsal de dos canales de televisión. Actualmente vivía en Breña y desde hace dos años trabajaba en una consultoría.
Según ha manifestado, mantenía una relación sentimental con Enrique Almestar, quien era ‘dealer’ en el casino Tahiti, en Chacarilla del Estanque (Surco). Él desapareció la madrugada del pasado 22 de julio, tras salir de su trabajo.
Dos días después, un mototaxista de Huacho halló una maleta en cuyo interior se encontró su dorso y la pelvis. Al día siguiente hubo otro macabro descubrimiento en un basural de La Victoria, donde fue arrojado el tórax del infortunado joven, también en otro maletín.
Ayer, por la tarde, el cráneo de la presunta víctima fue hallado en el cementerio El Ángel, en Barrios Altos.
TODO SE VINO ABAJO
Su voz es monocorde, como una letanía. Cuando habla de su familia baja la vista.
¿Está arrepentido?, le interrogan. "Sí. Pero Dios ya me liberó de ese pecado. Su perdón lo sentí cuando me detuvieron".
¿No siente culpa con la madre de Enrique? "Pienso en la señora, quiero sanar sus heridas, pero no siento culpa", dice mientras mira a los ojos del oficial, con su mirada oscura.
¿Qué recuerda de esa noche? "Estábamos solos… Esa noche estaba todo perdido, se vino todo abajo". ¿Por su culpa? "Yo lo hice, pero bajo la influencia de Satanás".
Ricardo asegura que los remordimientos lo golpearon. "No podía seguir prófugo. La conciencia tenía que entregarme y así lo hice", señala.
Ana Anci, madre de Enrique, dijo que su hijo era acosado por Ricardo Vásquez. "La última comunicación que tuvo a su celular fue una llamada que recibió de Almestar", subrayó. "Voy a luchar para que nunca salga de prisión", manifestó.
TENDRÍA RASGOS DE UN PSICÓPATA
La búsqueda del ‘descuartizador de Lima’ tuvo todos los ingredientes de una serie policial por su inquietante personalidad bisexual. A juicio del siquiatra forense Augusto Almeyda se trataría de "una persona con un grave trastorno de la personalidad, con mucho odio hacia los demás. Estos asesinos suelen ser sujetos solitarios, frustrados y con mucho rencor".
Con la prudencia por el desconocimiento de los datos básicos para la emisión de cualquier informe psico-criminológico, el especialista ve en Vásquez los rasgos de un psicópata, una persona "que presenta un escaso nivel de responsabilidad, manifiesta un alto grado de egocentrismo y rechaza las normas sociales y morales".
Al igual que Almeyda, la policía cree que en la personalidad de este descuartizador imperan el rencor y el odio, que puede deberse a maltrato o abusos sexuales en la etapa infantil, causas genéticas o padecimiento de abusos psíquicos.
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