Argentina: Dramático relato de la madre de un ladrón linchado: “Eran más de 15 pegándole”

“Mi hijo no falleció, a mi hijo lo mataron, lo asesinaron”. Así, Isabel Díaz denuncia lo que le pasó a José Luis Díaz (23), el joven que hace dos semanas asaltó a un adolescente con un arma de juguete, cerca del Jardín Botánico de Córdoba, y fue linchado por vecinos que defendieron al chico robado. La mujer es tía del ladrón asesinado a golpes, pero madre de crianza tras la muerte de su cuñada, Angélica Moreno, víctima de un femicidio ocurrido hace ocho años.

El velorio de José Luis se realizó ayer en su modesta casa del barrio San Ignacio, en la zona donde ocurrió el robo. En una pieza de 3 metros por 4, pintada de un celeste fuerte, donde apenas entran el féretro y tres sillas, Isabel le dice a Clarín: “Mi hijo trabajaba con su papá, era un chico muy bueno. No tenía problemas con nadie. Yo no sé si él quiso robar, pero si estaba robando tenían que agarrarlo y entregarlo a la Policía. No tenían que haberlo atado, ni golpeado y matado como lo mataron, como a un perro”.

Consternada por la muerte, la mujer apunta: “Espero que los culpables paguen. Los vecinos dicen que mi hijo era un delincuente, y si era un delincuente lo tendrían que haber llevado a la Policía. Cuando la Policía lo encontró, estaba desnudo, atado con alambres a un poste; muy golpeado, inconsciente. Ellos lo golpearon hasta matarlo, ellos son asesinos”.

Héctor Díaz, el padre del muchacho, fue quien primero vio a su hijo tirado en el piso y atado con alambres. “No tenía ni un rasguño en el cuerpo, todos los golpes fueron en la cabeza”, cuenta a Clarín. Y admite que “es feo que a uno le roben; pero mi hijo no merecía esto”.

El fiscal general de Córdoba, Alejandro Moyano, asegura que “como en todo delito, pero en este caso puntual, es imperioso el esclarecimiento del hecho. Es un mensaje a la sociedad de lo que no se puede hacer. No porque lo diga yo, sino porque la ley así lo prevé”.

Isabel cree que hay un pacto de silencio entre los atacantes de su hijo “para que el caso quede en la nada”. Y acusa: “Esto no fue un homicidio en riña, como dicen. Fue de cobardes: eran más de 15 (personas) golpeando a mi hijo”

En las últimas horas, el fiscal Rubén Caro, a cargo del caso, identificó a algunos de los posibles autores de la golpiza mortal, pero hasta el cierre de esta edición no había ordenado detenciones.

El linchamiento se desencadenó el pasado jueves 11 de junio, cerca de las 19.30, cuando un chico de 16 años caminaba escuchando música con su celular por calle Chancay al 600, en el barrio Quebrada de las Rosas. Allí dos asaltantes –uno de ellos, Díaz– lo sorprendieron y, mientras lo amenazaban, le exigieron: “El celular y la plata, rápido”. El adolescente quedó paralizado y tardó en reaccionar. Entonces Díaz comenzó a darle culatazos en la cabeza, hasta que su pistola cayó al suelo y se desarmó: era una réplica de plástico.

La víctima, al ver a los atacantes sin su arma, los enfrentó. Díaz comenzó a forcejear con él y su cómplice escapó corriendo. Los vecinos de la zona, alertados por los gritos, acudieron en su ayuda. Le dieron una paliza al ladrón hasta dejarlo inconsciente. A los pocos días caería preso su cómplice.

Cerca de las 20 llegó al lugar un móvil policial y encontró a la víctima del robo junto a un joven desvanecido y con las manos atadas. Ya no había nadie más que el chico y el asaltante. Díaz fue trasladado al Hospital de Urgencias, donde constataron que había sufrido convulsiones y traumatismo cráneo encefálico. Agonizó hasta el miércoles último. El domingo 21, Día del Padre, iba a ser padrino de bautismo de su sobrina, hija de su hermano Gustavo. Ayer, sus padres donaron sus órganos.