Tarija: Conductor de ambulancia, el chófer de enfermos, muertos y recién nacidos
Al principio te cuesta mucho superarlo; la primera semana yo me quería ir y luego es como una droga, te engancha y no puedes estar sin él. Es muy duro ayudar a sacar de un coche a un politraumatizado, y atenderlo sin estar facultado para administrarle algún tipo de medicación que le calme el dolor, así cuenta Juan Carlos Canedo, ex conductor de una ambulancia en Tarija.
“Recuerdo que hace dos años atrás no decían que todas las ambulancias del país debían tener todo un equipamiento para poder salvar vidas humanas ahí dentro, es decir, aparatos que le permita al corazón de un paciente infartado recuperar el ritmo de sus latidos; pero hasta la fecha no se ve eso”, cuenta, Juan Carlos.
Relata que nació en Villa Montes el año 1955, cuando todo costaba en ese lugar, tiene cuatro hijos y 7 nietos; a los que les enseña lo que aprehendió cuando trabajaba de chofer de ambulancia, puesto que indica que se jubiló el año 2013; sin embargo, comenzó a trabajar como chofer el año 1989 cuando tenía 34 años de edad.
“Tenía como compañeros a un médico que era muy completo porque hacía de todo para salvar las vidas y además un enfermero que a veces no iba en la ambulancia porque se quedaba de turno a ayudar en el hospital y cuando pasaba eso él era el encargado de ayudar a todo lo que pidiera el médico”, decía.
“Chapulín”, como le dicen los amigos, añadió que al trabajar como chofer de ambulancia pasó días difíciles como también felices, “difíciles porque a veces veía morir a personas dentro de su ambulancia” y felices cuando veía nacer a nuevas personas también dentro del vehículo.
Comentó que en 27 años como chofer de ambulancia vio cuatro nacimientos dentro de la misma, “Una vez recibimos de emergencia una llamada donde indicaban que una mujer estaba a punto de dar a luz y teníamos que ir a recogerla, fuimos y cuando salimos la subimos a la ambulancia, el doctor estaba haciendo su trabajo y yo iba al hospital rápidamente escuché el grito de un bebé, fue un día de los mejores, fue como ver nacer a mis propios hijos”, recuerda, al ponerse alegre porque indicó que ser chofer es “muy duro” y más de una ambulancia.
Asimismo, hizo conocer que le momento más difícil de su vida fue también cuando tuvo que ir al rescate de varios cuerpos de la cuesta de Sama, cuando viajaban deportistas y otras personas.
“Estábamos realizando una ronda normal como todos los días, de repente recibimos una llamada donde indicaba que en la cuesta de Sama se accidento una flota, todos fuimos y ahí tuvimos que ayudar a levantar personas fallecidas y también a personas que estaba heridas”, dijo, mencionando que en ese entonces tuvo que hacer como tres viajes para poder socorrer a las personas que sobrevivieron.
“Alce a varias personas que estaban llorando de dolor, en la ambulancia cuando manejaba quería ir a ayudar a que se puedan calmar pero no podía no estaba preparado; sin embargo tenía que hacer mi trabajo y concentrarme en lo que hacía y era conducir”, manifestó.
Indicó que como esos días tuvo mucho pero no tan graves, pero hechos que le marcaron la vida, puesto que en otras situaciones tuvo que llevar al hospital a amigos que en su misma ambulancia perdieron la vida.
“No podía llorar; sin embargo duele, duele más cuando alguien que conoces y que estimas muere y más cuando está en tu ambulancia y no puedes hacer nada”, añadió Juan Carlos con lágrimas en sus ojos.